miércoles, 23 de julio de 2008

GANADOR


Clarito está. Me acuerdo que yo que la profe de lenguaje me pidió que fuera a buscar los resultados de los ensayos de psu a la oficida de la profe Cecilia, la orientadora. Yo feliz parto para allá, y yo creó que la molesté tanto que me dijo "oye, tú que quieres estudiar periodismo, ve esto a ver si te interesa". Yo feliz acepto, y con muchas ganas llego a mi curso y obviamente le informé de inmediato a la Camila, obvio.


Me dio el sí así que feliz.


Y como que yo pensaba en algún tema, y mi cabeza llena de imaginación me decía muchas cosas pero nada me convencía realmente. Hasta que faltando sólo tres días para la presentación del trabajo, optamos por el tema del rescate patrimonial en el sector de la Chimba.


Manos a la obra (como cantaba Dora la exploradora) y acción. El jueves fui a reportear, saqué fotos, tomé testimonios y hasta fui víctima de un hurto. Todo por el oficio.


Y ese mismo día, a la 1.50 de la madrugada terminé de escribir el penúltimo artículo. El resto, lo terminaría en la U.


Me desperté a las 7AM. Tenía sueño. Pero también ganas, olía el triunfo (jaja no, pero tenía ganas). La Camila me estaba esperando en Santa Ana, y a mi la micro me juega una mala pasada y lleo tarde, pero llego. Partímos a la facultad, nos recibieron amablemente con un cafecito y una que otra galleta y felices. Nosotros mirabamos atónitos a nuestros rivales, los mumhis. Jaja.


Al rato nos llevan a los laboratorios para que terminasemos nuestros trabajos, yo totalmente urgido porque se me borró uno muy extenso, y vuelta a escribir. Además, no contabamos con ayuda ya que nuestras monitoras estaban rindiendo un examen.


Pese a todo terminamos. Enseguida nos dirigimos al auditorio a presentar nuestros trabajos frente a la comición de jurados. De esta manera, al ver las páginas de los demás participantes nos invadió la inseguridad, y incluso un leve sentimiento derrotista nos coquetió. Pero no. Faltabamos nosotros.


Llegó el momento. Nos paramos, sin nervios, exponer es lo nuestro, la oratoria nuestra victoria.

Y bien, luego de resolver un problema técnico nos desenvolvemos con gran desplante, y al final de la presentación quedamos muy conformes. Sí.


Ya luego decidimos dar un paseo por las calles aledañas, y el sentimiento derrotista nos coqueteó aún más. La verdad, vimos que los demás trabajos tenían grandes aplicaciones tecnológicas, y pensamos que eso iba a ser fundamental.

Llegado el momento de la premiación, con la Camila nos sentamos al final, bien escondidos. El jurado habla, destaca algunos trabajos y nuestra derrota estaba prácticamente asumida. Dieron a conocer el segundo lugar, bien.

Y enseguida el primero, y cuando dicen "Camila Belmar" yo no te lo podía creer, y ella tampoco. Nos miramos muertos de la risa, una risa nerviosa, nos paramos apenas y pasamos adeltante a recibir nuestro premio, nuestro notebook.

Felices. Plenos.

Nos dijeron por qué nos eligieron. Que el tema era muy bueno, que la presentación había estado excelente, que teníamos buen vocabulario, que esto y lo otro. Me costaba escuchar. Estaba muy muy feliz.


Y así.Después fuimos a avisar al colegio, nos recibieron como Jesús en Jerusalén, jaja. Y digamos que ahora estoy mucho más seguro de estudiar periodismo. Y estoy muy calentito escribiendo esto desde mi premio :].

La página es esta, para los curiosos: http://patrimonioenlachimba.blogspot.com

miércoles, 25 de junio de 2008

LA CAZA DE BALLENAS


El tema ha estado en boga, y más esta semana cuando Chile es sede de la 60 reunión de la Comisión Ballenera Internacional.
Durante esta cita, que concluirá el viernes de esta semana, 79 países tomarán decisiones vinculadas con la protección, caza y conservación de los cetáceos.
Y es que este tema ya es global, y Chile ha tomado real conciencia acerca de lo importante que resulta proteger a esta especie en extinción. Así quedó en evidencia el día domingo 22, cuando miles de personas se reunieron en el parque O´Higgins, donde formaron una gigantesca ballena en señal de apoyo a la protección del mamífero más grande del mundo.

Entonces la conciencia está, quedó claro que hoy esos hermosos animales corren un riego brutal de extinción, y los únicos responsables de eso son las grandes industrias involucradas en la caza. Porque digamos que nada le creo a Japón, quien justifica su accionar diciendo que es para fines científicos.
La preocupación continúa, y es que además de la indiscriminada caza, efectos como los del calentamiento global comienzan a dejarse sentir en nuestro planeta, dificultando así la vida de estos enormes animales.

Según datos de Greenpeace, hoy quedan sólo mil especies de ballenas azules, pues la tarea de protegerles adquiere un carácter urgente.
De esta manera sólo queda depositar confianza en los representantes de nuestro país para que quede claro su posición frete a este tema. Un tema global, y por lo mismo, en el cual todos tenemos influencia.

BIÓGRAFO


Y claro, mis planes eran otros. Yo me veía con ella tomados de la mano caminando por el parque Balmaceda y tomando helado en la terraza del Bravísimo de Manuel Montt, pero no. Y todo por una película.
Yo me hice amigo de la Valentina en el preu, compartíamos las clases de lenguaje y química, y de a poco fuimos moldeando una amistad. Aunque pensándolo bien, no fue muy fácil acercarme a ella.
Verán, yo soy un tipo súper piola, no me gusta hablar mucho, digo lo justo y necesario. Me avergüenzo un poco de leer en voz alta, y no porque lea mal, sino porque no me gusta forzar la voz, creo. Además paso desapercibido en todas partes, menos en un debate, en donde soy el único que no emite juicio alguno; pero no porque no tenga opinión, sino más bien porque no me gusta forzar la voz, creo.
Además no muchos se acercan a mí, me ven como el clásico nerd que juega playstation todo el día, y bueno, sólo juego en el computador ocho horas diarias, creo. Y sí, soy muy creyente, pero no en Dios, sino en Bill Gates. Hablando en serio creo en el poder que existe dentro de uno para hacer las cosas, pero bueno, esto no es un ensayo filosófico; yo les quiero contar cómo me acerqué a la Vale y qué pasó después.

Parece que ella tomó la iniciativa, porque fue ella la que me saludó al salir de Baquedano, y claro, me pregunto que cómo estaba, que desde dónde venía y desde ahí nos fuimos conversando hasta llegar al Pedro Taquilla. Durante la clase no pude concentrarme muy bien, y eso de la sinestesia y la sinéc no sé cuantito, ahí quedaron. Hasta que por fin terminó la agotadora clase y me acerqué a la Vale, le pregunté si la acompañaba al metro, me dijo que sí y comenzamos la marcha. Pero no llegamos al metro sino antes pasar a comer un completo donde el Juano, un marica bien ordinario.
Y nos reímos harto, y mi carácter lacónico -así me dijo una vez la profe de lenguaje, nunca supe qué significaba- quedó atrás. Me lo agradeció, cambiamos los mails y quedamos de juntarnos otro día, pero que yo le avisará qué haríamos.

Esta es la tuya Nico, me dije. Claro que sí. Cuándo antes iba a poder entablar relación con una chiquilla tan guapa como la Vale, que además de eso era buena onda y no le parecía rara mi forma de ser, creo.
Y conversábamos mucho por Messenger, y hablábamos y hablábamos y hablábamos. Y me contaba que pertenecía a un grupo feminista y que incluso había estado bien metida en lo que fue la marcha a favor de la píldora del día después. Además me contó que le encantaba el arte, sobre todo el cine, y que no había cosa que adorara más, que una buena película acompañada de un pan con palta.
Lo tenía. La cita sería perfecta. Nos juntaríamos en el metro de la Católica, pasaríamos a comprar unos sánguches -sí, así me dijo la profe que se decía- y partiríamos a ver la mejor película de la cartelera al Biógrafo: perfecto.

Redoble de tambores y llegó el día. Y por favor no se rían, yo al menos no lo hice, creo.
De partida llegué tarde al metro, ella estaba sentada con cara de aburrida y me dijo que había llegado recién, mentira.
Salimos a buscar los panes con palta, no sabía de dónde los iba a sacar. Ella me preguntó para dónde íbamos y yo le decía que era sorpresa. Y la sorpresa nunca apareció. Entonces, la miré fijamente y le dije que había comprado entradas para el cine. Ella sonrió, me miró, me dijo gracias.
Y llegamos a José Victorino Lastarria 181, volvió a sonreír y me pregunto que cómo sabía que le gustaba el cine arte, me abstuve de decirle la verdad y mentí diciendo que tenía cara de artista, y al mismo tiempo me preguntaba cuál era esa cara.
La película para la cual había comprado las entradas había empezado hacía diez minutos; entramos con cuidado y nos sentamos muy cerca de la pantalla en las butacas de terciopelo. Yo estaba más atento en la Vale que en la película. Y pensaba que, a pesar de que todo no había salido perfecto, sin duda lo que vendría después sería mucho mejor.

Una voz débil, más débil que la mía me molestaba, ya terminó joven me decía.
Abrí los ojos y me hallaba solo muy sentado en la butaca, las luces estaban prendidas y un señor bastante senil me dijo que la película había terminado hacía rato. Pregunté por la Vale y no supieron qué decirme. Se había ido, asumí.
Y de verdad les digo que en cuanto llegué a mi casa me conecté para preguntarle qué le había pasado. Yo imaginaba que se había tenido que ir urgente y que prefirió no despertarme para que yo siguiera descansando, creo.
Pero ella no estaba conectada.

Al día siguiente fui el primero en llegar al preu, y en cuanto la vi le pregunté todo lo que quería saber, no me dijo nada.
Terminó la clase e insistí, me tomó de la mano, me llevó a la salida y comenzó a decirme todas las cosas por las que se había ido. Que le molestaba la gente impuntual, que le cargaban las sorpresas que no llegaban y que la película había sido el mayor oprobio -eso dijo- que alguien le había dado. Ah, y que nunca más le hablara porque no quería saber nada de personas como yo.
La verdad no intenté justificarme, tenía razón. Pero de algo no estaba seguro.
No aguanté las ganas y me fui corriendo al cine a ver de qué se trataba la película que ella había visto -yo dormía-. Y el mismo señor que me despertó me contaba que había sido un documental que mostraba por qué los hombres somos más inteligentes que las féminas y puras cuestiones así.
Qué imbécil fui, cómo no se iba a enojar la Valentina, si después de todo iba contra sus convicciones.
Pero ya, me servirá para la otra; no todo debe ser tan premeditado.

miércoles, 14 de mayo de 2008

AMÉN




La maté. No me costó mucho, más de tres veces no lo pensé, tenía que pasar.Esto no se lo he contado a nadie, sin embargo necesito desahogarme y dejar registro de mi experiencia, por muy poco verosímil que esta sea.
Yo conocí a la Amanda hace tres años en la universidad. Ella iba un curso más abajo que yo y me habían llegado rumores de que era la mejor alumna de ingeniería de su nivel. Pronto se perfilaría como la promesa de la universidad Católica en esta área.El centro de alumnos de la facultad organizó una fiesta inaugural para conocernos y darnos la bienvenida al nuevo año académico, una ocación especial para pasarlo bien y conocer gente nueva.Esa noche, por primera vez conocí el amor a primera vista. Era alta, un poco más baja que yo, delgada y con el pelo color canela hasta los hombros.Enseguida, ávido y con gran nerviosismo la saludé con el pretexto de haberla confundido. Ella se rió y no parámos de hablar hasta pasadas las tres de la mañana.
El lunes almorzámos juntos, ella me ayudó en unas ecuaciones diferenciales y pronto estaríamos riéndo al comprobar la facilidad de estas.El martes fue parecido y el miércoles nos besamos. Lo recuerdo tal cual.La locuacidad de ambos alimentaba vastamente la relación de amigos y algo más que llevábamos. Esa mujer me encantaba, de eso estaba seguro.A los nueve días luego de nuestro primer beso formalizamos la relación, hicimos el amor, sí, el amor, y para entonces ya sabría que era el amor de mi vida.Era todo maravilloso, amábamos las tardes tirados en el pasto presenciando una carrera de nubes, al más puro estilo de la fórmula 1, pero en cámara lenta. Devorábamos con alborozo las papas fritas de la señora Inés, hacíamos ejercicios matemáticos para entretenernos, el primero que daba con el resultado recibía un beso del otro. Todos los jueves veíamos películas en el centro de extensión de nuestra casa de estudios, luego salíamos y nos refugiábamos en el metro buscando calor.Con ese ritmo la idea de llegar al altar junto a ella me visitaba en cada momento. Lo conversámos a la hora de once en su casa; claro, no fue nada romántico decirle -Oye, ¿qué te parece si nos casamos? -, no saben cuánto odié esa frase, sin embargo nos ayudó para ver los pro y los contra de la propuesta.Entoces la Amanda llamó a su mamá y a sus hermanos -su padre había fallecido cuando ella tenía sólo cinco años-, y con una gran sonrisa les informó que nos casábamos en un mes más. Yo, con un evidente estupor sólo atiné a sonreír, esa mujer me tenía loco, y parecía que la locura era recíproca.
Nuestros padres no lo podían creer, consideraban que estábamos demasiado apresurados, nosotros, sólo enamorados. No obstante, nos apoyaron en todo y cada uno contribuyó lo necesario para el evento.No queríamos algo muy pretencioso, lo justo y necesario, una ceremonia para la familia bastaría para llevar a cabo nuestra unión ante los ojos del Señor.Amanda se encargó de reservar en la Iglesia la Viñita, de Recoleta, barrio de ambos. Compartíamos la formación cristiana, por lo que era importante asegurar una serie de cosas de este ámbito, como localizar al padre Mario para que presidiera la misa, y otro tipo de nimiedades, como diría mi padre.
Llegado el día una profunda felicidad me invadió. Cumpliría el sueño de cualquier persona, casarme con la mujer que amaba era algo que creía, sucedería a los treinta y tantos, sin embargo tuve suerte -sí, la tuve-, porque la encontré a temprana edad.El clásico vestido albo se le veía como a ninguna, caminaba segura, decidida, me encantaba. Yo, con un perfecto traje gris marengo la esperaba en el ara, ansioso.El padre Mario procedió con el discurso de rigor, luego del sí de Amanda, un abismal júbilo me penetró. Entonces vino mi turno, y el cura dijo una frase que jamás se me olvidó, y vaya cuánta importancia tuvo. -Los declaro marido y mujer, hasta que la muerte los separe -sentenció.-Amén -dijimos todos.



*


Con el paso del tiempo lo descubrí, una de las tantas cosas que me seducía de Amanda, era la capacidad de hablar cualquier tema con ella. Desde las cosas más fútiles hasta las que causaban controversia entre nosotros. Es por eso que más tarde recordé algo que ella me había dicho y a mí me había parecido extraño, demasiado. Todo se dio cuando fuimos a la Feria del Libro que estaba en la Estación Mapocho; luego de visitar los diferentes stand de ciencias matemáticas, la Amanda fue corriendo a revisar unos libros de una editorial famosa por abordar temas esotéricos. La señorita a cargo le explicaba algo correspondiente a la reencarnación, Amanda sin pudor cotizó el libro y se lo llevó.
Camino a casa conversábamos de eso, ella me explicaba un montón de cuestiones que yo dejaba pasar. Al verme distraído me dijo con mesura algo que para entonces sólo me provocó risa.-Yo me reencarnaría en un gato, Joaquín.Al mismo tiempo que mi sonrisa se formaba, pensaba en la paradoja que constituía lo que me había dicho. Una persona tan racional y amante de las matemáticas, que sólo se dejaba persuadir tras comprovaciones científicas -salvo en la creencia de Dios, inculcada por sus padres-, no podía estar diciendo lo que yo escuché. Qué ironía.
Y debo seguir, debo decirles que Amanda Tillería fue mi gran amor, el más intenso y profundo, y también el más cándido. Hasta ese día.Llevábamos un año y medio de casados, cuatro meses de gestación tenía nuestra bebé. Recibí una llamada a mi celular, era mi madre.Llorando, con la voz entrecortada me dijo eso: la Amandita estaba muerta.
Mi familia y la suya se preocuparon de la exequias, yo sólo fui el día del entierro. Junto al féretro incoorporé el primer chupete que le habíamos comprado a la que sería nuestra hija, y también, el libro más preciado por ella: su Baldor, el que la acompañaba desde primero medio.
El infeliz que las atropelló hoy está preso, y claro, si el muy hijo de puta conducía ebrio.
Un poco más de trescientos setenta días han pasado, y aquí estoy yo. Flemático.Y parece que lo asumí de una forma madura, el llanto había sido mezquino, la cuita potente. Sin embargo cavilé varios meses, el amor que había experimentado con Amanda había sido formidable, y nada debía opacar los recuerdos que tenía de ella. Así preferí verlo.Hoy estoy terminando la carrera, de más está decir que con cada ejercicio me acuerdo de ella, de los juegos que inventábamos al momento de estudiar. Su recuerdo sigue presente, pero sólo eso. Algunos pueden pensar que soy frío, lo sé, no obstante, el padre Mario había sido claro. Hasta que la muerte los separe.Y es acá donde viene la parte más inverosímil de esta narración. Podrán considerarme loco, no me importa, pero yo así lo creí, y no me arrepiento, ella lo dijo seria.
El doce de noviembre, justo para el cumpleaños número veintiséis de Amanda, dos gatitos estaban en el felpudo de mi casa. Mi mamá me explicó que los encontró en la puerta, aparentemente con hambre, eran hembras.Inmediatamente el recuerdo de mi amor sentada junto a mí en la micro, diciendome "yo me reencarnaría en un gato, Joaquín" me intimidó.
Ofrecí hacerme cargo de ellas. Mi mamá fue a comprar pan para tomar once.Yo, sin vacilar me llevé a la que se suponía era la gata madre. Le corté la cabeza, la guardé en una bolsa y al día siguiente la tiré al Mapocho.Para cuando mi mamá había llegado, le hice saber que una de las gatas se había ido, dejando así a su cría, a la que bauticé como Belén, el segundo nombre de Amanda.Sí, entiendo que me encasillen como enfermo de la cabeza, pero ya nada me sorprende, sólo creí en Amanda. Ustedes ya saben como dicen todos los curas, como dijo el padre Mario: Hasta que la muerte los separe. Amén.


sábado, 19 de abril de 2008

SÍ A LA PÍLDORA


Un tema controvercial, sin duda.

Y es que los métodos anticonceptivos siempre han producido debate, pero ahora se intensifica mucho más.

El Tribunal Constitucional dio su fallo ayer; en el texto de más de docientas páginas, estipula basicamente la ilegalidad de distribuir en consultorios médicos u hostpitales el Postinor-2. De métodos intrauterinos no se hace mención.

Frento a esto no puedo más que manifestar mi rotundo desacuerdo.

Considero que la medida del TC es antidemocrática. Hay un retroceso importante en cuanto a políticas de salud se refiere, más de cuarenta años bajo el alero de estos métodos. ¿Acaso querémos volver a las más de trescientas muertas que dejaban los abortos clandestinos? Vamos derechito para allá.

Y no es porque sea un libertino, sino conciente. Creo que, cada mujer tiene derecho a elegir cuándo y cuántos hijos quiere tener, es su derecho.

Porque lo que me está planteando el TC es algo tremendamente discriminativo, y no, como antes, valórico. El Tribunal Constitucional está diciendo que las mujeres con plata solamente pueden acceder a la píldora. Claro pues, si ni alusión se hace a la vente en las farmacias.

O sea, si la prohibimos hagámoslo en serio. Yo no creo en la igualdad fragmentada, no.


Y todo porque unos veinte diputados de la Alianza mandaron a revisar la entrega de la famosa pastilla. Y después quieren llegar al gobierno, ¿con democracia?

No entiendo.


Sí a los métodos anticonceptivos, sí a la pílora, sí a la libre elección.

domingo, 6 de abril de 2008

ANA AMIGO


Anita Amigo, mi abuelita, un clásico.

Feliz ella va donde el carnicero don Joaquín, donde don Luis, a la feria de Colón y de Maruri, sube y baja escaleras, sale porque sí, va a la iglesia todos los domingos, al cementerio a ver a su viejo; se levanta a las seis de la mañana a escuchar la misa, canta como viejita de iglesia, cocina rico y es la mejor, con noventa años es la mejor.

FAHRENHEIT 451


Una belleza de libro, realmente.

Yo no sé si Bradbury es clarividento o qué, pero el palo que nos tira como sociedad es clarísimo. Tendríamos que ser inexorables para seguir igual que siempre; porque sin duda este libro marca un antes y un después.
La incomunicación familiar, el conformismo, el miedo, la cultura del materialismo son sólo algunos de los temas centrales de esta novela.
Es que miren qué parecido es esto:
Algunos de los pasajes que recuerdo son, por ejemplo, cuando describen a Mildred, la esposa del protagosnista. Esta era una mujer que tenía como única pretención el tener otra pantalla gigante que cubriera su living comedor.
Oooh, ¿pero si hoy en día no es eso lo que buscámos? Vamos, el que tiene la tele más grande y plana gana.
Otro punto. En una tertulia que tiene Mildred con dos amigas, una de ellas comenta lo poco que le importa si su marido muere en la guerra. Y otra se jacta de lo poco que ve a sus hijis, señalando que son prácticamente un cacho.
Oooh, pero si parece que hoy en día la tasa de natalidad ha disminuido, algo pasa.
Y la tarcera parte que me llegó profundamente es sucede cuando Beatty le argumenta a Montag el por qué no leer. Y entre uno de las tantas cosas dice que los libres han desaparecido por el surgimiento de la cultura de lo inmediato. Clásicos de la literatura se han resumido a una plana, para qué leer las ediciones completas. Oooh, pero parece que hoy basta con poner el buscador el nombre de cualquier granobra y te sale un comentario de tres líneas.
Algo pasa. ¿Acaso la ignorancia sobrepasará al conocimiento? no sé, prefiero pensar que no. Pero hagamos algo porfavor, hagamos algo.

domingo, 16 de marzo de 2008

VUELVO


Ya, me aburrí de este mes de silencio, en el cual no he escrito nada.

Ahora estoy más lleno, con más ganas y más capáz que nunca. Me hizo bien entrar donde quería oh sí, cómo no.

Vuelve Diego, vuelve el pseudo periodista.


Temas para tratar hay muchos, tengo pendiente el segundo aniversario de la presidenta Bachelet, y más ahora que tengo una encuesta en mano, de la que puedo inferir que Michelle sale triunfadora, y no así la concertación. Interesante resultaría analisarla.

Saludos lectores, ya vuelvo.

martes, 12 de febrero de 2008

FELIZ CUMPLEAÑOS SANTIAGO


Claro pues, si hoy nuestra bella ciudad cumple 467 años :], está viejita, pero vigente.
La foto representa lo que hizo Pedro de Valdivia el 12 de Febrero de 1541.
Sabemos porqué se eligió este lugar: el cerro Huelén, la ubicación geográfica, el Mapocho y otros motivos fueron significativos al momento de la elección. Ooh, es que la historia de Chile si que es guapa (L).
En lo que a mí respecta debo decir que me encanta Santiago, de verdad que sí. A pesar del smog y todas esas cosas malas, que en el fondo (pero no tan en el fondo) son culpa de nosotros mismos, por irresponsables y egoístas.
Y cuando me voy a ala playa descanso y me encanta el mar, y no hay como la tranquilidad del campo; pero la onda que tiene Santiago no la tiene nadie.
Y los de provincias nos tienen envidia, porque dicen que somos histéricos, que la vida se vive muy rápido (bueno, eso es cierto); pero también nos envidian porque acá pasan todas las cosas, acá está todo y porque Santiago es Chile.
Y eso es importante, el tema de la centralización del país. Eso es malo, obvio, así es que cuando yo llegue a ser alguien influyente en este país, lucharé por eso. JAJA, ¿candidato presidencial? si insistes.

PD: ¡Ah! y a propósito del cumpleaños de santiago, un cuento que mandé a santiagoen100palabras :B.

REENCUENTRO CON LA CIUDAD

Vaya cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pasaba por acá. Caballos, tiedas a medio armar, ilusiones y mucho valor habían sido reemplazados por automóviles, edificios y mucha incertidumbre; es así como definiría todo hoy.
Entré a una multitienda: rostros opacos e inhertes sólo veía. Frenéticos en exceso. Desesperados por el consumo, pirañas del capitalismo. Familias enteras mirando y sólo mirando; la comunicación del ayer se extravió. No sé qué será mejor. Lo único que sé es que cuando llegé acá, nunca pensé que terminaría así.
-Señor cuál es su nombre- preguntó amablemente la vendedora.
-Pedro Valdivia, señorita- rematé.

lunes, 11 de febrero de 2008

A UN AÑO DEL TRANSANTIAGO


Así es, hoy se cumple un año del llamado 10F, el día que le cambió la vida a por lo menos cinco millones de personas.Recuerdo muy bien cuando me levanté hace 365 días atrás. Desconcierto total entre los usuarios, que luego pasó a rabia e impotencia, y de eso no se ha registrado un cambio significativo a la fecha.Pero es ineludible que las cosas han cambiado, y mucho. La flota que partió hace un año fue de 4.600 buses, hoy, esa cifra se ha invertido llegando a las 6.400 máquinas que recorren nuestra capital. Zonas pagas, centros de atención y de carga, nuevos recorridos, vías segregadas y un sinnúmero de nuevas medidas durante estos meses se han implementado con el claro objetivo de otorgar un mejor servicio a los usuarios.
En los diarios y en la televisión se han hecho una cantidad enormes de recuentos sobre este tema, los análisis abundan y se pueden ver puntos de vistas totalmente diversos.No obstante, es mi labor como pseudo periodista, hace un informe yo mismo.Y es así como analiso todo del punto de vista como un simple ciudadano, y no como un político o ingeniero en transportes. Desde esta posición he visto cómo la gente siente que el sistema ha mejorado, pagando su pasaje como se debe y reprochándo a aquellos que usan la evación como un deporte urbano. Pero también he visto a aquellos que siguen molestos, y que están prácticamente decididos a seguir así, hasta que vuelvan las micros amarillas.Y es ahí donde encuentro una inconsecuencia brutal. Mientras estában las máquinas amarillas, los santiaguinos reclamábamos con fuerza acerca de la mala calidad de éstas, de la poca seguridad que existía y del deplorable estado de la carrosería. Y hoy se extrañan, y lo que es peor; no se hechan de menos por su servicio ni nada de eso, sino más bien por las prácticas populares que se llevaban a cabo a bordo de ellas: o sea, como un objeto de culto. Pero en términos prácticos ni hablar.
Me parece que la gestión que ha hecho el ministro Cortázar ha sido buenísima, la modificación de contratos y extensión en la malla de los recorridos han sido entre otros, logros que han dado fruto para y con este sistema. Y es cierto que falta mucho por avanzar, pero también es cierto que el TS de hace un año atrás no es el mismo de hoy. Es por eso que yo soy optimista y prefiero pensar (con convicción) que vamos por un buen camino, derechito a alcanzar un transporte de calidad. Porque tenemos que tener claro que esta era la idea más ambiciosa para un país, incluso desarrollando.

Construyámos un país mejor, seamos aporte a esta sociedad, no como los de la Alizana por Chile, que celebran un cumpleaños a modo de ironía: ¡Por favor! Chile no necesita payasos, de qué estámos hablando.
Saludos santiaguinos.

miércoles, 6 de febrero de 2008

ADIÓS A UN IMPRESCINDIBLE

Y hoy ha muerto este gran hombre, este muchacho del siglo veinte, una persona que ha marcado la historia política y cultural de este país.A don Volodia lo conocí apenas el año pasado, y con eso me refiero a conocer su obra propiamene tal, porque más de una vez lo ví en alguna feria del libro.El diario mural que expuse sobre él me dejó grandes satisfacciones, pues escogí a un gran personaje.Teitelboim fue testigo de grandes cambios en Chile. Desde adolescente que la politica le interesó, entegrándose a las filas del partido comunista muy joven; consecuencia a esto en el gobierno de Gonzáles Videla fue exiliado por la Ley Maldita, le quitaron la nacionalidad durante el régimen militar e incluso fue perseguido, para hacer con él lo que hacían con los que pensában distinto: asesinarlos.Un legado literario enorme, una literatura denuncia, inteligente, con sabor a ensayo, y a historia. Hijo del Salitre, qué obra más representativa de la realidad nacional la primera mitad de siglo XX. Como biográfo resultó polémico, grande como periodista y crítico, y no hay palabra para definir su rol como ser humano.Porque Volodia caló ondo, al menos en mí, porque yo sí entendí su mensaje.Gracias por tu enorme aporte, muchacho.De más está decir que no me perderé su responso, que será mañana en el ex Congreso Nacional, y posteriormente, el sábado sus funerales, en el Cementerio General.Saludos.