martes, 29 de mayo de 2007

DÍA DEL PATRIMONIO CULTURAL




I hace ya dos días se celebró por séptimo año consecutivo el Día del Patrimonio Nacional. La verdad esque me parece sumamente positivo que los museos, monumentos y bibliotecas se abran para recibir gratuitamente a todo quien desee visitarlas y así crear un espacio integramente cultural. Me pareció ver a menos personas que el año pasado, sin embargo ya a las 9 de la mañana gran cantidad de niños con sus respectivos padres estaban haciendo - aveces - las fatigosas filas previas al acceso a un monumento.Lo que me pareció mas destacable aun y una de las cosas más bonitas fue sin duda ver el gran matíz etáreo que allí se mezcla. Ver juntos, congregados en un mismo lugar a niños, adultos y ancianos es muy bonito; y no tan sólo eso sino que de todas las latitudes sociales. Justamente creo que ese es uno de los principales objetivos: el que diferentes personas de las diversas clases sociales y edades se junten y visiten lugares que forman parte de nuestra historia como país y personas. Eso es lo verdaderamente importante.Otra cosa que me gusto mucho fue el ver a jóvenes así como yo que visitaban los lugares habilitados. Se que a la mayoría de ellos les dieron como tarea recurrir, pero tambien pienso que facilmente podrían haber sacado de internet la información necesaria, no obstantes se levantaron temprano un día Domingo para ir a aprender, eso si que es valioso. Básicamente eso; volver a destacar lo importante de la iniciativa tomada ya hace algunos años y junto con esto transmitir la alegía que particularmente yo sentí al recorrer, conocer y admirar parte de nuestra historia nacional. Por eso digo que este tipo de instancias son las que hay que verdaderamente aprovechar, y luego nos quejamos que a este país le falta desarrollo de la cultura. Bueno, claro que falta mucho aun, pero este es un paso notable.






Diego Urbina.

domingo, 27 de mayo de 2007

LA TV Y SUS INFLUENCIAS SOCIALES


Sin duda, la televisión es el medio de comunicación masiva más influyente en nuestros tiempos. Casi todos tenemos acceso a ella, casi todos somos consumidores de ella. En consecuencia, los mensajes que la TV emite, son recibidos sin filtro alguno por nosotros, los receptores.
Tan fuerte es la influencia de la TV que incluso ha modificado nuestro modo de vivir cotidianamente, se mete en lo más íntimo de cada uno y ejerce conductas que responden solo llamados que esta, en su calidad de medio nos hace; a veces de manera imperceptible para nosotros. Esto es así y se da en cosas tan sencillas como por ejemplo la ropa: de una u otra manera los llamados “rostros” exhiben diseños de vestuario similares, con un enfoque en común; esto es rápidamente consumido por los televidentes y de este modo se impone una nueva moda.
También se les conoce como ESTEREORIPOS. Sabemos que la televisión es el más grande productor de estereotipos. Esto se traduce en que los productos, anteriormente mencionados como rostros, se convierten en una suerte de personajes dignos de imitar. Casi como modelos a seguir pero sólo de manera superficial e impuestos por los medios.
Entonces la gente tiene claro que para tener éxito hay que ser delgado, alto y de colores claros, de otra manera perteneces a la masa. I las niñitas quieren ser todas raquíticas porque su sueño es caminar sobre una pasarela.
I es así como la televisión influye no tan solo en nuestro vestuario, conducta y modo de vida, si no que también en los pensamientos e ideas. Claro que si. Basta solo con ver los noticiarios; según el canal que pongamos tendremos una visión distinta proclamada por los intereses personales e ideales de cada red de televisión, a esto se le llama línea editorial.
Por ejemplo, en CANAL13 se privilegian los valores, junto con esto se censuran algunos temas que para la iglesia no corresponden o podrían ocasionar molestias en los altos mandos. Por otro lado, MEGA, prefiere mostrar la cara negativa de los sucesos, pues es un canal de oposición al gobierno y con respaldo de privados (empresarios). Distinta es la situación de TVN, que por ser un canal estatal, destaca los hechos positivos y celebra avances en cuanto a agenda gubernamental se refiere. Con todos estos antecedentes es posible ver que la manipulación recibida por los consumidores es mucha, llegando a tomar estas ideas y quedarse con la opinión de los propios directores de prensa.

Cambiando radicalmente de tema, pero siempre dentro de la misma idea, tocaré un punto respecto a la identificación de la gente.
Me explico. Al citar este tema, me refiero a que el ciudadano común no se siente identificado con la gente que ve en pantalla. Se suele pensar que la persona frente a nuestros ojos no es más que un personaje, que no tiene problemas, al que no le cortan la luz, y al que tiene éxito garantizado en cualquier lugar. Esto deja en evidencia la lejanía con la que ve la gente a los que en la televisión trabajan de manera visible (conductores, animadores, entre otros).
En las sociedades contemporáneas es cada vez mayor la importancia de los medios masivos y en particular de la televisión. Esta influye sobre la forma de actuar o de pensar de las personas, logra modificar la forma en que los hombres conocen y comprenden la realidad que los rodea.Entonces todas estas ideas creadas en las cabezas de cada uno, sumado a lo que realmente se ve en pantalla, como por ejemplo, cabellos rubios, cuerpos esculturales y felicidad máxima hacen que veamos a los “rostros” como modelos a seguir, siempre en el ámbito superficial, o sea, como estereotipos. En consecuencia los modelos se van alejando cada vez más y la identificación personal es nula. Lo que hace creer, que la televisión alberga un mundo artificial y de fantasías, finalmente, con escasa credibilidad.





Diego Urbina.

sábado, 26 de mayo de 2007

LA TV Y LOS JÓVENES





Uno de los mayores grupos desplazados por la televisión somos justamente los jóvenes. No hay espacios dedicados hacia nosotros e incluso nos sentimos segregados de este importantísimo medio audiovisual.

Basta con ver la parrilla programática de los canales para darse cuenta de la poca participación de los jóvenes; escasos ejemplos como “mekano”, “rojo” y ahora último “invasión” son los únicos orientados para el segmento etáreo mas demandador. Pero ¿qué tan bien lo hacen? Es acá donde entramos en una discusión no menor. Por un lado tenemos un programa que no hace más que dejar mal parada a la juventud actual; en mekano sólo se muestra la niña bailando con mini falda, el lolo tatuado y sin polera, y la ignorancia de estos chicos que queda totalmente en evidencia al responder incorrectamente preguntas de conocimiento básico. En rojo la cosa cambia: estos muchachos al menos tienen sueños y luchan por concretarlos, a su vez se rescata lo más humano de cada participante y la parte positiva de la juventud. No obstante, queda totalmente obsoleto ese concepto del joven que sueña con ser bailarín. Francamente no se en que parte se encuentra ese grupo de adolescentes que se interesa por una carrera de tipo artística como así lo plasma el programa ya mencionado. Estos dos ejemplos y no hay mas. Pero existe una luz de esperanza, el programa Invasión esta mostrando una apuesta totalmente distinta a las ya vistas, con un enfoque diferente y realmente interesante.
Lo que se está haciendo es lo que se debería ver comúnmente, demostrar que los jóvenes sí tenemos un discurso preparado que dar a conocer, que los jóvenes sí tenemos ideas que plantear y con esto cooperar para la construcción de una sociedad mejor. Claro que van de a poco, pero tomaron el riesgo.
Me parece gravísimo que siendo el público más consumidor de televisión, no tengamos representantes directos ni nadie a quien apelar. Las cosas cambiaron y ahora los jóvenes queremos levantar la voz, vemos necesario un medio para hacerlo, y que mejor manera que dentro de la televisión. Por todo esto es que realmente no nos sentimos identificados con ningún rostro de algún canal, solo pensamos que hay un gran vacío que llenar, y que también no somos tomados en cuenta. Cosa que si debería ser, pues las ideas con las que podemos contribuir son buenas y se acabaría con ese mito que dice que los jóvenes no estamos ni ahí.
Podríamos entonces dar más de una respuesta. Un programador debe pensar en los jóvenes e infantes porque la televisión es un medio fundamental para nuestra socialización. Porque la pantalla puede compensar no pocas desigualdades formativas. Porque la TV permite el acceso a informaciones a las que muchos no tendrían acceso de otra manera. Porque la televisión (igual que otras expresiones) forma parte del tesoro cultural de la sociedad: Porque la TV es siempre educativa y guste o no los más pequeños siempre aprenden de la pantalla.
Sólo queda seguir buscando cupo dentro de este medio, para así demostrar finalmente que si tenemos voz.
Diego Urbina.

jueves, 24 de mayo de 2007

LA TELEBASURA


Mucho se habla acerca de la calidad de la televisión: que es mala, que aquí, que allá. Estoy totalmente de acuerdo con esos comentarios. Lo que sucede hoy, al menos en nuestras pantallas es la sobre explotación de tan sólo una de las funciones del los medios de comunicación, entretener. Pareciera que nuestras vidas fuesen aburridas ya que la televisión se encarga de hacernos reír. Absurdo me parece.
La cabida que se le da a la farándula específicamente es repudiable, está en todos los medios y no tan solo el audiovisual, es un mal que nos tiene poseídos.
No creo que un gran aporte sea saber con quien se encamó la modelo de moda, saber por qué pelea este artista con este otro, no. Esto, junto con promover la inoperancia intelectual nos entrega también violencia, un antivalor de gran importancia en nuestros tiempos.
I me detengo en este punto, el exceso de farándula y violencia frente a la escasez de programas culturales. Más que tocado está este tema, pero sin embargo las cosas siguen igual, y daré mi punto de vista al respecto. No es posible que en un medio tan importante como lo es la televisión, lo que hemos reiterado incesablemente, suceda que la prioridad comunicativa este casi exclusivamente ligada a la entretención y sus secuaces. I aquí es donde viene mi pregunta ¿Dónde están los programas dedicados al desarrollo intelectual?
Prácticamente no los hay. Están, claro que hay algunos casos,
pero no son lo suficientemente difundidos ni sus horarios los más adecuados.
I es que claro que debería haber mas espacio para el desarrollo por ejemplo de las artes, de la cultura, programas que promuevan la inquietud intelectual, que no conviertan al ser humano en un ser que solo recepciona sin ser capaz de analizar el contenido ni de condensarlo, hasta el momento lo único que se está logrando es eso, el empobrecimiento mental de los chilenos. En consecuencia la telebasura esta nutriendo permanentemente a una nación de contenidos bastante pobres, lo que hace que nos pongamos un poco tontos.
A partir de esto como la audiencia estará acostumbrada a recibir contenidos pobres y tontos, comenzará a demandar cada vez más esto lo que hace entrar en un círculo vicioso demasiado peligroso.
Esto se manifiesta claramente al analizar las situaciones sucedidas en programas con contenidos culturales, el saldo final es el escaso apoyo de parte de los teleespectadores prefiriendo la entretención antes que la información y/o formación opinión dentro de las funciones que nos entregan las diversas alternativas en pantalla.
Por eso, lo mejor es partir haciendo una televisión de calidad. ¿Qué significa “de calidad”? Un programa no tiene que ser “escolar” para ser de calidad para los más jóvenes y adultos. Una emisión es de calidad cuando hay calidad estética y se usan con eficiencia los recursos expresivos del lenguaje audiovisual. Una emisión es de calidad cuando sabe identificar la demanda de las audiencias en este caso. Una emisión tiene calidad cuando hay calidad formativa, es decir, cuando se priorizan valores y modelos constructivos. Una emisión es de calidad cuando promueve la curiosidad, cuando tiene capacidad para interesar a los niños (entre otros) por un tema, hasta suscitar su búsqueda y participación en torno a ese y otros temas de interés común. Una emisión es de calidad cuando incluye una dimensión multicultural, es decir cuando incorpora diferentes voces, cuando tiene capacidad para valorar a las minorías y contribuye a la construcción de una sociedad plural. Eso es calidad, claramente estamos a años luz de lograr algo así, pero moviéndose y con gran interés podemos lograrlo.



Diego Urbina.

LA HISTORIA DE CLAUDIA


Se habían conocido en la oficina, él era el nuevo y ella a simple vista lo encontró guapísimo y se aventuraba a decir que era su hombre ideal en cuanto a estética se refiere. Una semana después y luego de sucesivos diálogos en el trabajo y miradas a escondidas, se reunieron; su primera cita. Claudia estaba realmente nerviosa, aunque sabia que Mario tenía cierto interés por ella, pues lo demostraba con las miradas, con la búsqueda para hallar momentos en encontrarla a solas, era demasiado evidente su atracción por ella. Estacionó su Volkswagen bettle a una cuadra del encuentro, camino con paso seguro hasta llegar al restaurante acordado. Ahí estaba Mario, perfectamente vestido, elegante, distinguido. Claudia, con un vestido palo rosa y zapatos de punta entra y se hace la que no ha visto nada, es entonces cuando Mario se dirige a buscarla. La toma por sorpresa de la cintura y la lleva hasta su mesa previamente reservada. Cenaron, estaba realmente exquisita la cena, al principio hubo gran nerviosismo de parte de Claudia pero después Mario acomodó la situación, conversaron muchísimo, comieron, bebieron y bailaron. La noche termino en el departamento de Mario, ambos entre sábanas; había sido una gran e intensa noche. Suena el despertador, era hora de partir a la oficina, Claudia despierta bruscamente, mira a su alrededor y recuerda todo; una expresión no clara entre lo que se cree era alegría, picardía y un dejo de vergüenza predomina en su rostro. Mario frente a ella con las toallas en la mano, eso era una clara invitación a una ducha juntos. Claudia pensó “ya nos recorrimos completamente, es hora de limpiarnos” y sin tardar más, partió al baño semidesnuda. Esa mañana se fueron juntos al trabajo, sin embargo procurar llegar a destiempo para evitar las bromas al interior de sus compañeros y en su círculo laboral. Ambos con una gran sonrisa en sus rostros. Pasadas las horas Claudia no duda en contarles todo a sus amigas, a su grupo mas preciado de amigas: Bárbara, Julia y Clara. Se reunieron en un café a la hora de colación y ahí todas rieron, preguntaron y se volvieron locas por lo que Claudia contaba. I es que no se lo podían creer, ella no tenía éxito avasallador con los hombres, y había que decir que Mario era el guapetón de la oficina. Sin embargo estaban muy felices por Claudia. Con el pasó del tiempo ya todos sabían el romance entre ambos; sus familias se conocían e incluso convivían, todo marchaba sobre ruedas; se veían tan felices. Ya había pasado poco más de 10 meses desde que comenzó esa hermosa relación, una de conocimiento intimo, de sentimientos puros y gran satisfacción. Tenían sueños, proyectos y deseos. Eran felices. Un día, en la cima del cerro San Cristóbal, debajo de la virgen, Mario desenvuelve entre sus cosas un anillo, uno realmente hermoso que acompañado de la clásica frase “quieres casarte conmigo” marcaron esta historia. Claudia, profundamente emocionada e inundada de felicidad da el sí. Ya todos sabían la noticia, al momento de comunicársela a su grupo de amigas, todas reacciones de la mejor manera posible, todas excepto Bárbara, su rostro indicaba una inconcordancia absoluta, supo fingir una sonrisa y luego se retiró por “motivos personales”. A las demás les pareció extraño pero no le dieron mayor importancia, tenían que celebrar la noticia. I así fue, esa misma noche, el departamento de Julia quedó literalmente patas arriba; un desfile de comida, tragos, vedettos, música y muchas risas fueron los protagonistas de la velada. Sin duda lo mejor para el grupo de amigas. I llegó el día de la boda. Claudia estaba hermosa, nunca se había visto tan bella. Su pelo dorado tomado estaba, su espalda perfectamente recta, un vestido blanco, el más blanco de todos, un blanco purísimo llevaba puesto; sus ojos, su rostro, todo en ella brillaba. La marcha nupcial sonaba, Claudia entraba del brazo de su padre, Mario en el altar la esperaba, la gente observaba, sonreían. El padre José Manuel mencionó las palabras de protocolo hasta que hace la pregunta clave. Claudia contesta con un tímido pero sabroso en emoción “sí” Mario tarde un poco, mira fijamente a Claudia, traga saliva y le dice “no puedo, estoy realmente enamorado de Bárbara, perdón”. El templo santo se lleno de voces, llantos, tensión. Claudia salio corriendo de la iglesia, tomo el Ford Galaxy arrendado para el traslado de ella con su pareja y parte a cien por hora. Estaba mal; su cuerpo temblaba, sentía que en cualquier minuto de podía desvanecer, sin embargo siguió adelante, quería ir lejos, muy muy lejos donde nadie la pudiese encontrar. Deseaba borrarse.

Ya estaba en la autopista, gran afluencia de vehículos; no podía descuidar nada, de lo contrario las consecuencias serían fatales. Al mismo tiempo en que conducía su mente recordaba pasajes de su vida junto a Mario, los momentos más importantes que vivieron, los sueños que tenían y lo felices que eran. Nada, pero nada nunca la hizo sospechar de una posible infidelidad, no podía ser posible; sin embargo, lo era. Pero quedaba otro tema pendiente en su cabeza: con quien le habían roto el corazón, quién podría ser la puta capaz de destruir sueños, proyectos y algo más. Pero Claudia de pronto recuerda que esa mujer era nada más y nada menos que su amiga, su amiga Bárbara. El Ford sufrió una desviación, ella reaccionó a tiempo debido a los bovinazos de los demás automovilistas; gotones caían sobre su vestido tan pulcro como la nieve. De pronto, al mirar el retrovisor distingue el auto de Mario. Clau aumenta la velocidad, no quería verlo, no quería tocarlo ni nada, quería, deseaba salir de esta dimensión. Cada vez mas el Audi de Mario se acercaba, parecía una persecución policial de esas que muestran en la televisión los días sábados en la tarde, era casi una película. Se detiene, Claudia se detiene y sale de su refugio móvil con un valor de aquellos, él repite la acción. Se acerca sigilosamente, quería saber como reaccionaria ella al ver sus movimientos. Estaban en la vereda, el tráfico, el ruido, las emociones hacían una poderosa mezcla sin resultados evidentes. Se produce un diálogo vacío, ambas mentes estaban en blanco, un silencio devastador se apodero del momento; no tuvo mas opción, talvez automáticamente cruzó la calle. Una gran frenada se escuchó: Mario al voltearse la vio tirada en medio de la calle, sangraba, no respondía. Abrió los ojos, miro a su alrededor y no vio mas que a personajes con vestimentas blancas, tubos, y flores frescas. Claudia no estaba lúcida, sin embargo trataba de recordar lo ocurrido. Cerró los ojos y pensó, volvió atrás y vio. Vio todo lo acontecido, vio una luz, vio su dolor y por último sus manos. Aún en su anular llevaba el anillo de compromiso. Despertó en la clínica. Durmió, pues no era gracia estar despierta mirando el techo, buscando las telas de araña y las fallas arquitectónicas, prefirió soñar, pensar, irse. Sentía un calor en su mano, una suave caricia en ella, en sus dedos. Giro su cabeza cuidadosamente, abrió los ojos con mas cuidado aún y vio a un hombre, le parecía familiar. Mario creía que se llamaba, En esos minutos todo era incierto. Volvió a cerrar los ojos y se hizo la dormida, Mario comenzó a hablar; ella solo escuchaba sus palabras de lo que se suponía era arrepentimiento, suplicas y piedad. Sentimientos sumamente intensos, que hicieron que Claudia abriera los ojos y, ya recordando todo dijese: “Démonos otra oportunidad, yo a ti te amo”. Él la miro a los ojos, ojos que se proyectaban a lo mas profundo de su ser, la observó y le dijo con una evidente emoción, “Gracias por tanto”. Claudia ya estaba en su casa, junto a ella, su familia, sus amigos, su novio. Algo los convocaba, al parecer de suma importancia; “Familia, amigos, Mario. Estoy embarazada” fue lo que salió de su boca. El living comedor de inundó de una felicidad extraordinaria, de llantos y buenos deseos. Al fin Claudia era feliz, pero faltaba algo, algo que ni ella sabia lo que era. Pasaron meses, ya Diego se hacia notar en el vientre de su madre, faltaba muy poco para dar a luz, todo volvió a estar como antes, o mejor aun. Esa mañana Clau fue a hacer un chequeo de rutina, otro de tantos. Luego de salir de la consulta del doctor Hamilton ella se dirigió a buscar su auto; estaba abriéndolo cuando alguien la llama. Llevaba lentes oscuros, pelo tomado con una cola, ropa bien: era Bárbara. Claudia la mira desconcertada, pero no agresivamente, al contrario, sus ojos desprendían compasión. Se dirigieron a un café, tenían que conversar, tenían que dejar todo claro. I bastó con una intensa conversación de 3 horas, en las cuales hubo llantos, tensión, risas he incluso ganas de mechonearse como quinceañeras. Al final de la cita ambas fueron a la casa de Claudia, estaba sola así que decidieron seguir conversando. Sin duda ya estaba todo aclarado, Claudia entendía que Bárbara estuviese enamorada de ella y que en un plan de profunda maldad (de eso no hay duda) esta engatusara a Mario para así destruir la relación. Fue difícil pero ya estaba. Poco después de nacer Diego, Claudia y Mario se casaron, todo resultó bien y fue una hermosa relación. Quince años más tarde, los padres de Diego le contaron su historia a él. Diego, la escribió, la encontró genial, se enamoró. Era como el guión de una novela. La novela que siempre deseo escribir. HISTORIA FICTICIA ESCRITA POR MI (DIEGO). TODO GRACIAS A UNA FOTOGRAFÍA QUE ME DIO FRANCISCA CASTRO. GRACIAS POR LEER.


DIEGO URBINA.