jueves, 13 de agosto de 2009

Participación ciudadana en la Grecia antigua y en nuestra actualidad


Desde el surgimiento de las primeras ciudades en la antigua China y en Mesopotamia hemos tenido ya antecedentes de cómo se organizaban. Que se ubicaban cerca de ríos, que un sector de la población se dedicaba a la construcción de diques mientras otros trabajaban la tierra y ese tipo de cosas. Pero sin duda el ejemplo más concreto de este tipo de organización lo vimos en Grecia, fundamentalmente en Atenas y Esparta.

Las polis eran verdaderas ciudades estados en las cuales eran un foco político, económico y cultural. Además, cada polis era autónoma en términos legales, con leyes o constitución propias, y en asuntos religiosos o administrativos y militares. Desde el punto de vista físico, la polis estaba caracterizada por tener una acrópolis (ciudad alta), zona fortificada con templos, destinada al culto religioso y a proteger a los habitantes en caso de peligro; y en la parte baja, los grandes espacios públicos como santuarios, teatros, gimnasios y el ágora, lugar dedicado a la vida civil, institucional y económica que además era como nuestra actual “Plaza de Armas”. En torno a estos edificios públicos se desarrollaba una red de calles residenciales en las cuales vivía la clase dirigente.

Para garantizar la seguridad de la polis se amurallaba todo su perímetro. La estructura urbana de estas ciudades era caótica porque los barrios se construían sin ningún orden adaptándose a la topografía del terreno.

Las instituciones de gobierno, por cierto, eran bastante elitistas, ya que los más poderosos, es decir, el Senado, lo podían integrar sólo los miembros de la aristocracia local. La gente más “común” igual tenía participación en algunas asambleas pero eran sólo de carácter consultivo.

Otra cosa fundamental es la democracia Ateniense. Ésta era bastante curiosa y muy distinta a la que hoy nos rige. En Atenas la democracia era de directa ya que algunos podían votar y ejercer cargos públicos (por sorteo), mientras que la de nosotros es totalmente representativa ya que cualquier persona mayor de 18 años y previamente inscrita puede sufragar y postular a un cargo en el servicio público.

Para concluir cabe destacar además, que los que participaban en política eran mayoritariamente la gente con más recursos, cosa muy distinta a la actual, en donde independiente de la condición económica de la persona se puede ser actor político. La sociedad ha variado y hoy existe una movilidad para ascender socialmente, fundamentalmente de la mano de la educación, cosa que antes no existía ya que se nacía pobre y se moría en iguales condiciones.

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