jueves, 13 de agosto de 2009

Magaly Escobar: “Llegar a la universidad siempre fue mi sueño”


Todos la conocemos, la reina de la historia y geografía dicen muchos, la profesora más guapa vociferan otros. Magaly Escobar tiene mérito, y por eso es nuestra primera entrevistada.

Siempre tan ocupada ella. Nos reunimos después de almuerzo, íbamos de lo mejor pero sonó ese timbre que a todos nos carga. Pero ella comprometida finalizó la tertulia después de su horario de trabajo; sentados en la banca esto fue lo que salió.


Me interesaría –de puro metiche- saber cuál es su rutina diaria

Soy bastante fomeque la verdad. Me levanto a las seis y media, me meto al baño y me arreglo, no soy vanidosa pero me gusta verme bien. Después tomo desayuno y llego al colegio. Ahí empieza la acción.

Cuando llego a mi casa me dedico a realizar actividades domésticas junto con mi familia, en ese sentido somos súper organizados porque cuando nos vamos en la mañana queda todo patas pa` rriba y no tengo nana.

Después veo si mi hija tiene tareas, si es necesario estudiar con ella. En eso dan las ocho y tomo once con mi familia. Recién a la nueve prendo la tele y mientras escucho las noticias preparo el material para el día siguiente. Me acuesto temprano, estoy durmiendo antes de las once.

No veo mucha tele la verdad, aunque ahora “Dónde Está Elisa” me está hipnotizando (ríe).

Magaly, si no fuese profesora ¿qué sería y por qué?

Sin duda habría estudiado periodismo. Porque tiene que ver con el área que a mi me interesa, con las ciencias sociales. Me gusta mucho la investigación y el estar informada acerca del acontecer nacional. La política me gusta mucho y creo que sería una buena periodista.

En su época adolescente se me imagina que era media hippie y matea, ¿qué hay de cierto?

(Risas) ¡Noo! Hippie no. Era normal, bueno matea sí.

Yo era una niña que estudiaba mucho, soy bastante organizada y sé cómo invertir mi tiempo. Hacía hartas actividades, por ejemplo participaba en la parroquia del barrio, tanto en el coro como en las clases de catequesis. Tenía mi grupo de amigas, obvio, pero

quizás las prioridades no fueron siempre las mismas; muchas de ellas se pasaban de fiesta en fiesta, yo estudiaba inglés y me esforzaba para que me fuese bien en el colegio.

En ese sentido ¿estaba más preocupada de su futuro?


Claro, mi gran sueño desde chica fue llegar a la universidad, y lo logré.

Me acuerdo que cuando llegaba a mi casa luego del norteamericano, media abatida y con libros, mis amigas se reían un poco de mí porque ellas jugaban tenis en la calle, hasta con ropa especial y yo no: estudiando. Pero el tiempo me dio la razón.

Quedé en lo que quería y me fui a estudiar a la Católica de Valparaíso.

Ninguna de mis amigas llegó a la universidad ni estudió en su debido tiempo.


¿No le costó irse sola? ¿Cómo lo pasó en la etapa universitaria?

Yo era regalona así que igual fue un poco difícil, llegué a una pensión y la primera semana lloraba todos los días. Después ya me fui acostumbrando, venía todos los fines de semana a Santiago y súper bien.

Con respecto a cómo lo pasé creo que la vida universitaria ha sido una de las mejores etapas que he vivido. Me tocó además un momento súper vertiginoso en la historia –entró el 84- y mi carrera era una de las más involucradas con los movimientos que se suscitaban. Tuve a muchos compañeros bien metidos en los temas políticos, era un mundo muy interesante y lo pasé realmente bien.

Saliéndonos totalmente del tema e imaginando bastante ¿qué haría si se ganara $10.000.0000 para gastar en 10 días?

(No duda en responder) Me voy a Europa, claaro si es un sueño. Compro cuatro pasajes y me voy con mi familia por los días que me alcance. Recorrería todo el viejo continente, sueño con ver “La Pietá”, con estar en lugares tan importantes y ricos culturalmente, escenario fundamental de muchas de las cosas que enseño.

Resultaría un delito periodístico si no le preguntara a qué personaje de la historia de Chile admira y por qué

José Manuel Balmaceda. Claro que sí. Lo admiro por haber sido progresista, muy valiente y previsor. Tenía un carácter de aquellos y pensó cosas que se contraponían totalmente con el interés de la clase dirigente. Balmaceda tenía la convicción de realizar reformas que tendrían valor años después, veló por el bien de Chile y dio hasta su vida por eso. Aquel gesto no lo hace cualquiera.

Y para finalizar ¿Cómo se proyecta en el largo plazo?

Me gustaría seguir haciendo clases, pero hasta cierto punto. No tolero la idea de dejar de ser lúcida, prefiero morirme antes que perder esa independencia o de que las cosas se me olviden. De momento en que no pueda seguir tan activa como actualmente soy creo que deberé dejar la docencia de lado.

En remplazo a esa actividad me encantaría dedicarme a la investigación histórica, y si se dan las cosas sería perfecto editar algún libro con mi firma. Fabuloso.

Nos despedimos y ella camina a paso rápido, su hija la espera para irse a la casa.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Que linda entrevista, ella tambien fue mi profesora y la recuerdo con cariño