viernes, 29 de junio de 2007

ME GUSTA COMUNICAR


A mi la verdad es que me gusta mucho andar en micro. Me gusta básicamente porque puedo ver muchas cosas tanto dentro como fuera de ella; por un lado veo el paisaje que aveces parece "feo" pero que para mí es rico. Y por otra parte me encuentro con la gente dentro de la micro. Esas dos opciones son realmente fascinantes.

Me encanta ir a abordo de la micro y conversar con la gente, eso de entablar una conversación sin emplear la función fática, es decir, sin previo saludo ni nada. Casi siempre las que conversan son las mujeres, siendo más estrictos digo que las señoras sobre 45 años. La verdad es que es súper gratificante eso, al menos para mí. El pasado Jueves estaba esperando la 308, en eso una señora le pregunta al vendedor de helados por una micro que le sirviera para llegar a su destino y este la dejo no tan sólo con una respuesta vaga, sino que también le dio a entender un panorama adverso. En eso es cuando yo intervengo y le digo que le sirve la misma mia y BLÁ. Entonces felices nos subimos y nos bajamos en el mismo lugar. Eso para mi fue bonito. Salir de mi casa, encontrarme con una señora que jamás había visto y que probablemente tampoco volvería a ver, luego tomar la micro con ella y para rematar que me terminara contando su enfermedad, algunas cosas familiar y despedirnos de beso. Muy bonito.

Ese y muchos otros ejemplos me hablan de una sociedad más unida, más fraterna, aunque claro que falta mucho más aún.

Un día me gustaría armarme de valor y tomar una micro sólo con el único objetivo de hablarle a la gente, siempre tengo esas ganas que nunca he podido concebir. Es por eso que mi mejor excusa es ir con un amigo/a y hablarla a él con un tono elevado de manera que los pasajeros más cercanos escuchen. Y ahí comienzo a hablar básicamente de problemas sociales y cosas tan cotidianas que nadie analisa. Por ejemplo hoy día hablé de la incultura que tenemos muchos (el tenemos es porque en algo me debo equivocar). Entonces yo comentaba con claros ejemplos acerca de nuestros doble estádar o dinámica del blazer como prefiero llamarla; esto se traduce en que muchos reclaman por que las micros siguen igual de rayadas y sucias y aquí y allá. Pero yo veo que los que rayan los vidrios son personas (dejemoslo así) y que los que botan basura también. Porque entendamonos en que los duedes al menos que yo sepa aún no se suben a las micros a hacer esas cosas: en consecuencia somos tan irresponsables de nuestros actos y pensamientos. Y así es como hablo y la gente me escuca y se ríe. Yo creo que algunos deben decir "puta que se calle este pendejo", otros deben decir "tiene razon este cabro chico, es inteligente" y otros tantos simplemente se corren más adelante o atrás. Pero yo feliz y eso es lo importante. Eso me demuestra cada vez más que lo mio es COMUNICAR. Sólo eso.

sábado, 23 de junio de 2007

ADIÓS ALBUS DUMBLEDORE


YA, ME VALE SI ME PASO EL ROLLO BRÍGIDAMENTE CON HARRY POTTER. WEBADA MÍA. CADA CUAL CON SU ROLLO, ES JUSTO.
AUN LO VEO COMO EL VIEJO SABIO, EL VIEJO MÁS BACÁN DE TODOS *_*!.
Si, lo he dicho en reiterados tonos y los que me conocen lo saben: me gusta Harry Potter. La verdad no me da verguenza asumirlo porque no tiene por que. Es más, me siento orgulloso de ser capáz de leer un libro no menor en tamaño demanera voluntaria. Recuerdo que me comenzó a gustar como a los 12. Porque también recuerdo que la primera vez que había leído uno fue en sexto básico por el colegio, obviamente "La piedra filosofal". Entonces la prepulsora de todo esto fue Patricia Gaviola, profesora de ese entonces. GRAN MAESTRA.Y ahí yo no era un niño que adoraba a los libros ni mucho menos, nada, es más lo leí de mala gana y para rematar fui a ver la película. Y la película me gustó mucho ya que todo lo que me imaginaba mientras leía se plasmaba tal cual (lástima que sólo continuó con la segunda, pues luego no fueron tan fieles). I también me acuerdo que di la prueba y me averguenzo tanto de haber respondido en la pregunta "A qué actitud se asemeja la de Draco Malfoy?"; y yo como era un pendejo tonto puse "a la de los presidentes, por mirar en menos a la gente" UUH! que verguenza O_O brutal. De eso ya han pasado 5 años. Obviamente seguí leyéndolos todos, y me iba sumergiendo cada vez más en todo lo que la historia implicaba. Llegé al sexto libro, lo reservé 2 meses antes en la biblioteca Antártica, y el mismo día en que se estreno en Chile lo tuve en mi casa. No me desespeté ni lo leí de inmediato, al contrario, pasaron muchos días en que lo dejé en mi velador.Entonces decidí comenzar con la lectura, y lo reconozco, leí los dos primeros capítulos y lo cerré. Me aburrió. Así de fácil y de simple.Pasaron los meses y nada con el libro, no quería; pero llegado el 8 mes de abandono (sí, ocho meses sin leerlo) lo tomé y me propuse terminarlo, o enrealidad empezarlo. Y así fue como lo econtré maravilloso como a casi todos, aunque claramente tengo mis reparos no menores pero no me interesa revelarlos pues no soy un crítico de literatura. Y blablablá!. Lo leía todas las noches entre 10 a 10.30 aveces 11. Era el único espacio libremente tranquilo, después de estudiar y de dejar todo listo, algo así como una recreación. Y feliz yo leyéndolo hasts que ayer iba en la parte que considero el clímax aún sin terminar de leer el libro. Pues fue cuando Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore pereció. Y claro que me emocioné, no derramé lágrimas pero sentí como. Sentí ese escalofrío que recorre el cuerpo de punta a punta, por todos los rincones, ese nudo en el pecho y más. Algunos pensaran que me estoy pasando el rollo monstermente pero ya dije, cada cual con el suyo. I eso.Básicamente lamenté de sobre manera la muerte de este incodicional personaje que se veía tal cual era bajo el que lo representaba en el cine: Richard Harris. Pero da lo mismo eso, yo me apeno por su muerte porque fueron 6 años en que estuvo presente en la historia cumpliendo un rol fundamental, entregándonos valores y más. Pero así son las cosas, y prefiero pensar que estaba escrito de antes que por publicidad. Y ahora leeré obviamente la parte de su entierro y lo que sigue, para que ya el próximo mes se estrene su película (cosa que no me vuelve loco) y ya la semana siegueinte a esta el último libro. De verdad que brutal!.
Ojalá no me confundan con eso/as fans que se preocupan de la vida de Daniel o de Rupert o de Emma, y que van disfrzados a las 12 de la noche para ser los primeros en ver la película, y que presume que se leyó el libro en 23 horas. Eso para mí es BASURA. Así de fácil, así de simple.
SALUDOS ALBUS PERCIVAL.

viernes, 15 de junio de 2007

TV Y PADRES: RESPONSABLES DE LA VIOLENCIA INFANTIL


Es cierto, uno de los grandes protagonistas en este tema de la violencia infantil radica esencialmente a los medios de comunicación e irresponsabilidad de parte de los padres.
Sabemos que los niños pertenecen es uno del segmentos etareos más consumidores de televisión y, que por tanto adoptan actitudes que en ella ven.
Esto es demasiado preocupante ya que al preguntar acerca de los programas que los niños ven, estos se caracterizan por entregar violencia y sólo violencia; olvidémonos de contenidos culturales y educativos, eso está fuera del historial televisivo de los niños.

La exposición a los medios de comunicación masiva y sobre todo la televisión que les ofrece como producto de consumo diario, las más variadas formas de violencia psicológica, física, sexual, auto infligida o contra terceros y sus propiedades. Es esta recepción indiscriminada de contenidos no aptos para niños pequeños los que se infiltran en nuestras casas provocando así una influencia enorme que puede traducirse en una intervención a los sistemas valóricos, a la formación de carácter y en la conducta.
Todo esto tiene consecuencias que repercuten netamente en la forma en que los niños ven las actitudes violentas ya que pueden imitar la violencia que observan en la televisión, identificarse con ciertos tipos, caracteres, víctimas y/o victimarios, tornarse “inmunes” al horror de la violencia; y gradualmente aceptar la violencia como manera de resolver problemas. De manera que la exposición extensa a programas de televisión que contengan violencia causa mayor agresividad en los niños. En ocasiones, con el sólo hecho de ver un programa violento puede aumentar la agresividad.
Los niños que ven espectáculos en los que la violencia es presentada de forma muy cotidiana y realista, reiterada, o sin ser castigada, tienen mayor probabilidad de imitar lo que ven. El impacto de la violencia en la televisión puede reflejarse en la conducta del niño inmediatamente o manifestarse más tarde en su desarrollo como persona.
Pero no toda la responsabilidad recae en los programadores, es cierto que son parte fundamental de lo que vemos, pero existen unos personajes que pueden intervenir de manera radical con el fin de filtrar los contenidos que veremos; ese es el caso de los padres.
Estos pueden aportar de una manera muy sencilla como lo es prestando mayor atención a los programas que ven los niños, estableciendo límites en el tiempo que pasan viendo televisión, evitando que vean aquellos programas conocidos como violentos. Deben cambiar el canal, o apagar el televisor cuando aparecen escenas ofensivas, y explicarle al niño aquello que consideran malo o inadecuado del programa. Señalar que la violencia puede producir dolor o muerte si sucede en la vida real, desaprobando los episodios violentos que suceden frente a los niños, enfatizando el hecho de que esa no es la mejor forma de resolver un problema.
De modo que las soluciones para abordar este problema son muchas. Primero que todo debemos admitir que como sociedad estamos haciendo las cosas mal, junto a esto exigir a las televisoras mayor cuidado con los contenidos que exhiben y por último un control exhaustivo de parte de los padres hacia y para los niños.
Con todo esto, nosotros en calidad de adolescentes somos lo suficientemente maduros (espero que si) como para decir si o no a algunos programas de televisión. Es por eso que a final de cuentas sale mucho mejor sacar el televisor de la pieza y descansar. Porque eso de que la Kenita se peleó con la Pamela Díaz, también es violencia.



DIEGO URBINA VEGA.